En mi camino por estos pasillos, noté una pendiente que me llevaba bajo el nivel del suelo, y lentamente vi como paredes de concreto se convertían en una caverna, pero manteniendo el suelo enlosado. De la nada, todo tiembla y el ruido de un terremoto resuena más adelante, segundos más tarde, escucho agua salpicando. Me paralizo esperando que la caverna caiga sobre mí, pero no pasa nada, el estruendo se detiene. Yo me doy la vuelta deshago el camino. Mientras tanto, escucho un chapoteo juguetón y lo que parecen ser risas de niño.